Artículo de Noel Montero militante del Partido Comunista de Ciudad Real
Hace más de 10 años que no se celebra la jura de bandera en Ciudad Real, desde que el gobierno reaccionario del Partido Popular de Rosa Romero fuera desalojado del gobierno de la ciudad por las “fuerzas del cambio”. Han pasado 2 legislaturas y el Partido Socialista y Ciudadanos, emulando a las épocas más rancias y casposas de nuestra ciudad, vuelven a celebrar semejante esperpento. Son tiempos de reacción nacionalista y belicista y el PSOE de Ciudad Real se suma con gusto al carro durante la precampaña. ¿En qué ha quedado el antimilitarismo y pacifismo del que hacía gala el PSOE hasta no hace mucho?
No es que tengamos nada en contra de las fuerzas armadas y el ejército, solo reivindicamos la necesidad de democratizarlas y de ponerlas al servicio del pueblo español, acabando con todas las reminiscencias franquistas -que por desgracia siguen vivas dentro de los cuarteles y comandancias- así como también poner fin a la multitud de privilegios de los mandos y oficiales y a los continuos maltratos que la tropa sufre por parte de éstos con total impunidad valiéndose del verticalismo militar y el chantaje. Los soldados rasos son en su gran mayoría hijos de la clase obrera que se ven empujados a engrosar las filas del ejército ante la falta de oportunidades laborales, que aguantan condiciones precarias y son expulsados a edades tempranas, sin apenas capacidades de promocionar dentro del ejército, y una vez han quedado fuera del mercado laboral.
Pero volvamos al tema que nos atañe en este artículo, que es la obsesión del Partido Socialista de Ciudad Real y Castilla-La Mancha por dejar sin espacio electoral al Partido Popular y a Vox (porque por parte de Ciudadanos esto no nos sorprende). Su programa en estos últimos meses pre-electorales se resume en toros, caza, misa y ejército. Todos estos elementos, propios de otros tiempos, recuerdan a Berlanga y su famosa película La Escopeta Nacional.
Estos valores tan rancios, legado sociológico del franquismo, desentonan y, de hecho, constituyen una contradicción flagrante con el supuesto apoyo del PSOE a la diversidad, el pacifismo, la multiculturalidad y el “progreso”. El Partido Socialista Obrero Español en Ciudad Real y Castilla-La Mancha no tendría problema en situarse del lado de la oposición al gobierno de España. Es más, los castellanomanchegos conocemos las diversas declaraciones del presidente Emiliano García-Page y cómo hace oposición desde dentro de su mismo partido. Sabemos que Page se situaría, sin dudarlo, en contra de las medidas de su propio partido o, incluso, en la bancada de la extrema derecha -junto con Felipe González y Ramón Tamames- si eso le asegura seguir siendo presidente de la Junta de comunidades.
Una jura de bandera civil no tiene ningún sentido más allá de recrudecer el nacionalismo más ciego y promover la militarización de la sociedad. De esta manera, el PSOE de Ciudad Real estaría ayudando a su partido en el gobierno a justificar el papel del Estado español en la escalada militar en Ucrania y preparar a la población para la guerra abierta contra Rusia y China, mentalizando a la sociedad para que se inmiscuya en la “defensa de la nación” y familiarizándola cada vez más con la militarización y el reforzamiento de las fuerzas represivas del Estado. También es una forma de desviar la atención de la clase trabajadora de las condiciones de explotación y de las políticas antipopulares, para nada patrióticas, que vienen acometiendo el PSOE de la región y de Ciudad Real, apelando a las pasiones más básicas del ser humano: pan y circo. Luego de soltar a los leones, cuando la ocasión lo requiera, apelará a parar al fascismo… En definitiva, el juego de la silla, pero con sillones. Ninguna fuerza de izquierda debería formar gobiernos locales con este tipo de oportunistas, si no quiere formar parte de la carnicería a la que nos están empujando a todos y todas.
Pero el Partido Socialista Manchego está jugando con fuego. Cuando giras a la derecha corres el peligro de que la gente no sepa elegir entre la copia y el original. Puede ser que, a corto plazo, para conseguir gobernar una legislatura parezca una buena estrategia. Pero cuando te derechizas para obtener unos cuantos votos reaccionarios puede ser que pronto vuelvan los fantasmas de Cospedal o el fascismo. Por eso, advertimos al PSOE que es preferible dejar a los militares dentro de los cuarteles, pues ya sabemos lo que pasa en este país cuando los mandos militares se echan a las calles.